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¿Naces o te haces? Hablemos de inteligencia

En diversas ocasiones he escuchado esta pregunta de reflexión "¿Nace o se hace?", aunque siempre con relación a temas de liderazgo, sin embargo en esta ocasión la propongo respecto al tema de la inteligencia: ¿nuestra inteligencia está determinada desde nuestro nacimiento, o podemos desarrollarla?

Esta reflexión fue detonada hace algunos días, cuando escuché a un empresario reconocido decir en un evento de educación que la inteligencia es algo que o tienes porque naciste con ella, o no la tendrás... Esto me dejó pensando, ¿cuántas personas coinciden con esta idea actualmente?, a continuación les comparto por qué yo estoy rotundamente en contra.

Para empezar, me parece necesario establecer qué es la inteligencia, y aunque seguramente podemos encontrar muchas definiciones muy variadas, el concepto que quiero presentarles es la inteligencia como la capacidad de resolver situaciones de manera exitosa, sean situaciones que se te presenten o situaciones que tú mismo definas o crees; esto implica, por lo tanto, tener cierta información o saber dónde conseguirla, tener las habilidades necesarias, identificar cuáles habilidades y qué información son relevantes para esa situación y aplicarlas.

Reflexionemos brevemente sobre cada uno de estos aspectos. Tener la información necesaria almacenada, implica capacidad de memoria; por otro lado, habrá ocasiones que será necesario reconocer qué información se requiere y aún no se tiene, así como dónde se puede conseguir, y para esto no se depende tanto de la memoria, sino de una capacidad de analizar, hacerse preguntas y comparar.

En cuanto a las habilidades, éstas pueden ser de muy variada naturaleza, dependiendo de la situación a resolver, por ejemplo: habilidades para estructurar la mejor manera de colocar un sistema de sonido, para analizar cierta evidencia y encontrar un patrón común, para expresar algo de manera artística, para diseñar una nueva manera de hacer las cosas, para mediar una negociación, etc., siendo por esto con frecuencia tengamos algún tipo de situaciones que podemos resolver de manera más sencilla o que nos interesen más, en este sentido fue que Howard Gardner desarrolló su propuesta de las Inteligencias Múltiples.

Como tercer elemento tenemos la sensibilidad de identificar las habilidades e información necesarias para resolver cada situación, en este sentido investigadores del Proyecto Cero de Harvard liderados por Ron Ritchhart, descubrieron que tener el conocimiento y las habilidades de pensamiento, no garantizan que una persona los aplique para resolver un asituación determinada, para esto, se debe poder identificar qué conocimiento y habilidades se requieren, así como reconocer el valor o los beneficios de aplicarlos para poder y querer hacerlo.

Teniendo entonces claro que la inteligencia implica estos elementos: a) tener información o saber dónde conseguirla, b) tener las habilidades, c) identificar los conocimientos y habilidades necesarios para cada situación, y d) aplicar la información y habilidades para resolver situaciones; y que cada uno de ellos puede ser aprendido, podemos ver claramente que la inteligencia puede ser desarrollada.

Por otro lado, debemos considerar que cada uno de estos aprendizajes tienen una base neuronal, pues de manera fisiológica, cada aprendizaje se lleva a cabo en el cerebro desarrollando nuevas conexiones entre neuronas e incluso generando nuevas neuronas, creciendo así la capacidad para aprender nueva información y habilidades, así como aplicarlas en nuevas maneras.

En este sentido, también es cierto que la inteligencia tiene un componente  con el que se nace, por herencia genética y por influencia de los factores del entorno desde el momento de la gestación (medicinas, radiación, sustancias psicotrópicas, etc.), similar a si se nace con dos brazos y dos piernas y las características que tienen dichas extremidades, así también se nace con un cerebro con ciertas especificaciones.

La manera en que nuestro cuerpo se desarrolla depende directamente de dos factores: la herencia genética y nuestras actividades habituales (incluyendo la alimentación), es por esto que, aunque tengamos los mismos músculos en cuestión de cantidad y ubicación, se puede cambiar la estructura corporal al realizar ciertas rutinas de actividad física de manera constante y lo vemos claramente al comparar los cuerpos de personas que se dedican a la halterofilia (levantamiento de pesas), al ballet o a la natación, incluso en nuestros propios cuerpos si vamos por un tiempo al gimnasio, practicamos yoga o andamos en bicicleta, con cada tipo de ejercicio notaremos ciertos cambios en nuestro cuerpo.

De una manera similar, nuestro cerebro puede desarrollar más conexiones en ciertas áreas o fortalecer ciertos circuitos mientras más realicemos determinadas actividades; cabe destacar que usé la frase de manera similar y no de la misma manera, ya que el cerebro es en este sentido más flexible y plástico que nusestros músculos, los cuales están completamente determinados en cantidad y ubicación desde nuestro nacimiento, el cerebro en cambio, tiene la capacidad de producir neuronas y generar conexiones entre ellas durante toda su vida.

Por lo tanto, podemos concluir que ser o no inteligente, depende de una base biológica dada que podemos trabajar para desarrollar, pudiendo aumentar así nuestra inteligencia y la capacidad para resolver las situaciones que se nos presenten o nosotros mismos creemos.

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