Cada día es una oportunidad de ser mejor, cada ciclo escolar es una oportunidad de promover aprendizajes más profundos y significativos en los estudiantes, de mejorar la comunicación al interior y exterior de la comunidad educativa, de colaborar mejor con las madres y padres de familia, de gestionar la institución educativa de una manera más eficiente; pero, ¿cómo capitalizar cada una de estas oportunidades?
Quienes nos dedicamos a la educación solemos pensar en la innovación educativa como la respuesta a esta pregunta, sin embargo, la realidad es que lograr la mejora continua en una institución no es nada sencillo. Las y los líderes educativos deben estar convencidos de la importancia y el valor que tiene el ser mejores cada día, para que puedan comprometerse y actuar para comunicar de manera clara, motivar y gestionar lo necesario, entrando así en el terreno del liderazgo para el cambio, como algunos reconocidos investigadores lo denominan.
Con base en las propuestas de expertos en educación y negocios, como lo son los profesores e investigadores de la Universidad de Harvard, y teniendo un enfoque sistémico, en Ultimate Learning Community hemos desarrollado un proceso de mejora continua que queremos compartir para ayudar a construir el futuro de la educación que queremos y sabemos que se necesita, empezando desde hoy.
1. Diagnóstico: como todo proceso de mejora, se debe iniciar por conocer el estado actual, dónde estamos parados, cómo es que funcionamos y hacemos las cosas; en una institución educativa esto implica recabar, procesar e integrar información de cada uno de los seis bloques organizacionales que la conforman: las actividades críticas, las interdependencias, las capacidades, las estructuras y sistemas, la cultura y el liderazgo.
2. Análisis de resultados: una vez que se tienen los datos del diagnóstico, es necesario hacer un análisis en el que participe el equipo de líderes de la institución, para contrastar la visión con la realidad e identificar las brechas de desempeño y las brechas de oportunidad que se tienen, así como las causas raíz de cada una de ellas.
3. Planeación estratégica: teniendo claridad en los pasos necesarios, se puede priorizarlos y desarrollar una planeación estratégica para alinear cada uno de los seis bloque organizacionales y promoviendo la innovación educativa de manera fundamentada y ordenada.
4. Implementación y aprendizaje: posteriormente es momento de actuar, poner en práctica las estrategias definidas y mientras se viven, ir monitoreando el proceso, observando los indicadores determinados para poder detectar si es necesario realizar ajustes, además de reflexionar y aprender de la experiencia.
5. Ciclo de mejora continua: al finalizar la implementación de dichas estrategias, es importante no únicamente brincar a las siguientes brechas en nuestra lista de prioridades, sino realizar una nueva evaluación, un nuevo diagnóstico para conocer los resultados alcanzados y con base en ellos saber si es necesario seguir trabajando en estas prioridades, si se resolvieron otras que estaban relacionadas o si por el contrario, se hicieron visibles unas brechas nuevas que son de mayor prioridad que las que ya teníamos detectadas y entrar así en el ciclo de mejora continua.
Tener claridad de la importancia y valor que genera la inversión de tiempo, energía y recursos para vivir este proceso es esencial, sin embargo, es importante también reconocer las propias fuerzas, pues la operación de una institución educativa es altamente demandante; es por esto que en muchas ocasiones conviene no sólo designar responsables clave de manera interna, sino también conseguir ayuda externa para que como observadores imparciales ayuden acompañando y ayudando a que la institución avance de acuerdo a lo definido en su proceso de mejora continua.
Te invitamos a que hagas un pre-diagnóstico de tu institución educativa a través del siguiente formulario y recibas un breve reporte del mismo, ¡todo esto sin costo, por un tiempo limitado!
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