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Formación docente efectiva

A más de alguno nos ha pasado estar en alguna capacitación que nos aburre, nos es tediosa, sentimos que nos "quita tiempo" para hacer otras cosas o pendientes que tenemos o lo que es peor aún, estar en una capacitación a la cual no le encontramos sentido o utilidad en nuestra labor diaria. Como líderes educativos será importante preguntarnos, ¿qué elementos estamos considerando al planear el programa de formación docente de nuestro personal?, ¿contemplamos sus intereses?, ¿tomamos en cuenta las necesidades actuales?, ¿priorizamos contenidos?, o incluso también pensar en la forma en la que damos las capacitaciones, ¿son tradicionales?, ¿son interactivas?, ¿promueven el diálogo y la construcción con otros colegas?, ¿son prácticas? 

La formación docente es un tema que debe tener gran relevancia y protagonismo en las instituciones educativas, tenemos por delante una serie de retos y desafíos que atender en la educación de nuestros estudiantes lo cual requiere de personas capacitadas y preparadas para hacer frente a esos retos y poder ayudar a cada estudiante a desarrollar competencias y habilidades para la vida. Debido a lo anterior, interesa saber de qué manera esta formación realmente puede ser efectiva y provechosa generando un cambio o mejora en la práctica docente y en el aprendizaje de los estudiantes. 

La autora Linda Darling-Hammond, experta internacional en la materia, considera que existen 7 elementos a cuidar para que la formación docente sea útil y fructífera, a continuación se describen cada uno de ellos: 

Enfoque del contenido

Buscar que el contenido sea relevante y práctico para los docentes atendiendo a sus necesidades e intereses. Interesa lograr que le encuentren utilidad para aplicarlo en su labor diaria teniendo como resultado la mejora de su desempeño. Asimismo es importante que el contenido del programa de formación esté alineado con las prioridades y objetivos de la institución educativa.

Aprendizaje activo

Promover que los mismos docentes tengan la oportunidad de vivir la experiencia de aprender tal como se espera que los estudiantes aprendan. Es decir, será importante salir del esquema tradicional de conferencia e involucrar metodologías activas y estrategias que permitan que el docente tome el rol de protagonista en su formación. Por ejemplo: vivir una jornada de capacitación gamificada o si la sesión es de rutinas de pensamiento, permitir que los docentes vivan (tal como lo vivirán después sus estudiantes) una rutina de pensamiento. 

Colaboración

Diseñar espacios de manera intencionada para que los docentes compartan ideas y colaboren en su aprendizaje. Por ejemplo: tener un banco de recursos donde cada docente pueda subir y compartir herramientas, estrategias o tips que le han funcionado para sus clases o agendar espacios dentro del horario escolar de co-construcción donde los docentes puedan sentarse a trabajar juntos ayudándose mutuamente en la planeación de alguna clase o diseño de algún proyecto. 

Usar modelos de práctica efectiva

Modelar o brindar modelos permite que los docentes puedan tener una visión más clara de lo que se espera. Los docentes pueden consultar planeaciones modelo, trabajos muestra, videos de clase modelo o entrar a observar la clase de un colega docente del cual admiren cierta habilidad o actitud. Por ejemplo: si la sesión es de Aprendizaje Basado en Proyectos, se pueden presentar proyectos de éxito, los resultados que tuvieron con los estudiantes y el proceso para llegar a ello. 

Coaching y apoyo de expertos

Brindar seguimiento uno a uno, de tal forma que se detecten las necesidades particulares de cada docente y se trabaje un plan de acción para ayudar a cada uno a crecer. Se pueden ofrecer asesorías por parte de expertos, ya sea de la misma institución o externos, que por medio de su experiencia puedan guiar y acompañar los procesos de mejora de los docentes. 

Retroalimentación y reflexión

Facilitar espacios de introspección, reflexión y retroalimentación entre pares. Los cambios no se dan de un momento a otro, es importante dar tiempo para que los docentes puedan procesar la información recibida y reflexionar de qué manera pueden ir integrando las nuevas propuestas en su práctica.

Duración sostenida

Dedicar el tiempo suficiente y garantizar la calidad de la implementación en la formación docente es clave para que sea efectiva. Un momento en el que suele ser común brindar formación docente es al inicio del ciclo escolar, sin embargo es importante que perdure en el tiempo brindando a lo largo del mismo diferentes oportunidades para que los docentes sigan preparándose y actualizándose en su labor. 

Despertemos en nosotros mismos y en nuestros docentes el interés y la ilusión de seguir aprendiendo, de tener una formación continua, de descubrir nuevas formas de hacer las cosas y agradecer el poder aprender de otros. Que las sesiones de capacitación realmente se disfruten y se aprovechen para potenciar las capacidades, habilidades y talentos que tiene cada persona de nuestra institución educativa. 

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